Transcripción de Cómo enseñar a leer a los niños salió tan mal
Este pódcast está diseñado para ser escuchado. Le recomendamos que escuche el audio si puede.
Lector competente (en inglés): Guide dogs lead very interesting lives. For 10 or 12 years, they are in charge of guiding a blind person…
Esta es una grabación del Departamento de Educación de Estados Unidos, que cada dos años aplica una prueba de lectura a un grupo de alumnos.
Lector competente (en inglés): Most guide dogs are born at a kennel.
Este es un estudiante de cuarto grado al que le fue bien en la prueba. Está leyendo con fluidez un texto en inglés sobre los perros que sirven de guías a personas ciegas.
Lector competente (en inglés) The dogs train in large groups for about three months.
Pero a la mayoría de los estudiantes no les va bien en esta prueba.
Lector por debajo de nivel básico (en inglés): Dogs are…
De hecho, más de la tercera parte de los estudiantes de cuarto grado lee tan mal, que suenan más bien así…
Lector por debajo de nivel básico (en inglés): Jod dogs lead very interesting lee…
Solo logra leer una parte del texto… y no consigue leer varias palabras que son clave para entender lo que sucede en el pasaje, palabras como “guide” (que quiere decir guía) y “blind” (que significa ciego).
Lector por debajo de nivel básico (en inglés): A b… percent…
Más de una tercera parte de los niños de cuarto de primaria en Estados Unidos lee así. ¿Cómo es que pasó esto?
(Música)
Soy Valeria Fernández, periodista independiente, y llevo más de 20 años reportando sobre las comunidades inmigrantes en Estados Unidos. Si una cosa me ha quedado clara en todo este tiempo, es que la mayoría de las familias que llegan aquí quieren un futuro mejor para sus hijos y eso incluye una educación mejor que la que tuvieron ellos. Depositan su confianza en los maestros, mientras ellos trabajan para cumplir en muchos casos el sueño de ver a sus hijos graduarse de la universidad.
Sin embargo, la evidencia apunta a que hay demasiados niños a lo largo de todo este país que están teniendo problemas para aprender a leer, y esto no es un asunto menor si consideramos que leer bien es fundamental para toda instrucción escolar.
Emily Hanford: He realizado varios documentales de audio y escrito artículos sobre este tema, donde explico que existe un extenso cuerpo de investigación científica sobre la lectura y sobre cómo aprenden a leer los niños.
Ella es la periodista Emily Hanford. Reporta sobre educación para APM Reports. Su trabajo está en estaciones de radio pública, en podcasts y en la web. Empezó a investigar sobre esto hace unos seis años y lo que descubrió es un problema que se ha propagado a lo largo de las escuelas de Estados Unidos (y en algunas otras partes del mundo también)...
Hanford: Esta investigación muestra que existen habilidades importantes que todos los niños necesitan aprender para convertirse en buenos lectores. Y en muchas escuelas, a los niños no les están enseñando estas destrezas.
Emily hizo un podcast sobre este asunto, se llama “Sold a Story”, que podría traducirse como “Vender un cuento”, y tiene 6 episodios. Lo que vas a escuchar durante la próxima hora es “Sold a Story en Español”, una versión condensada y adaptada al español, de ese podcast. Se trata de lo que ella descubrió en su reportaje sobre cómo una idea equivocada acerca de la forma en que los niños aprenden a leer en Estados Unidos, quedó arraigada en la educación. También se trata de los perjudicados por esta situación, y de lo que pasa ahora que mucha gente sabe que hay un problema con la forma en la que se les enseña a leer a los niños.
La investigación de Emily Hanford en “Sold a Story” no se enfoca en niños bilingües. Solo se centra en niños que aprenden a leer en inglés. Conversé con Emily para entender qué significa esto para los niños en Estados Unidos que hablan español en sus hogares y aprenden a leer en inglés en la escuela. Al final de este episodio podrás escuchar un poco sobre nuestra conversación y te diré dónde puedes escuchar la entrevista completa.
(Música)
Hanford (en inglés): OK, so we’re recording.
Emily ha escuchado esta misma historia de muchos padres a lo largo de los años que lleva reportando sobre lectura.
Adams: OK. Soy Corinne Adams. Vivo en South Kingstown, Rhode Island. Tengo dos hijos, de seis y dos años. Un niño y una niña.
El niño es el mayor, se llama Charlie. Corinne tenía cero preocupaciones cuando lo mandó al kínder en otoño de 2019. Una de las razones por las que ella y su esposo se mudaron a South Kingstown fue porque todos decían que las escuelas ahí eran excelentes, pero no tenía idea de cómo enseñaban a leer en la escuela de su hijo.
Adams: ¿Quién piensa en eso? Yo no sé cómo se le enseña a un niño a leer, así que di por sentado que los niños que yo había mandado a la escuela, volverían alfabetizados. Porque de eso se encarga la escuela, ¿no?
(Música)
Al principio parecía que todo iba bien. Charlie volvía a casa con unos libritos – el mismo libro todos los días, e iba cambiando cada semana.
Adams: Y se practicaba la lectura con ese libro y luego se mandaba de regreso… y eso es lo que hacíamos.
Había instrucciones para los papás sobre cómo tenían que leer estos libros con sus hijos.
Adams: Era algo como: lea el libro al niño primero y después, con el tiempo, ellos lo habrían practicado lo suficiente para leerlo, y sería genial, ¿sabes? Entonces, él me escuchaba leerlo, ponía mucha atención a lo que yo estaba diciendo, lo repetía… y si se trataba de un libro nuevo, me decía: “ Mami, léemelo primero tú.”
A Charlie no le interesaba tratar de leer libros que ella no le hubiera leído antes.
Adams: Los libros nuevos lo ponían algo nervioso. No los quería leer.
A Corinne le preocupaba la posibilidad de que Charlie sólo estuviera memorizándolos. Eran cuentos bastante sencillos, con patrones predecibles. Con frases como: "Me gusta jugar con un tren. Me gusta jugar con mi perro". Charlie podía leer estos libros, pero ¿estaba leyendo de verdad? No estaba del todo convencida. Aunque en la escuela le decían que él iba muy bien.
Adams: Me decían que le iba bien. Me decían que estaba al nivel.
Cuando Charlie se desempeñaba bien en algo de la escuela, la maestra lo mandaba con una nota a casa.
Adams: Y se las daban todo el tiempo, como: ¡buena lectura! Se las ponían en su mochila. Y yo me quedaba como: "pues… ¡vas súper bien!"
Y luego llegó marzo de 2020. La pandemia.
De repente, Corinne también estaba en kínder… viendo cómo les enseñaban a Charlie y a sus compañeros a través de Zoom.
Adams: Así que nos sentamos juntos y participo… ya sabes, le ayudo, me aseguro de que pueda activar y desactivar su micrófono y todo eso.
Corinne es una mamá que se queda en casa. No tenía que hacer el malabarismo de trabajar al mismo tiempo que acompañaba a Charlie en la escuela en línea. Así que seguía muy de cerca la educación de su hijo. Y la instrucción de lectura le parecía un poco extraña.
Adams: Nos dieron, pues, estas estrategias, para que las siguiéramos.
Eran cosas que los niños debían hacer si se topaban con una palabra desconocida. Estrategias para descifrarla, del tipo: Mirar la imagen. Mirar la primera letra. Pensar en una palabra que tenga sentido. Corinne quería decirle a Charlie que pronunciara la palabra letra por letra. Pero los materiales que mandaban de la escuela decían que hacer eso no era una buena idea, que pronunciar las palabras debía ser un último recurso.
Adams: Entonces pensé, bueno, esta es una nueva forma… diferente. Y estoy segura de que ellos entienden lo que están haciendo. Porque yo sí me acuerdo de juntar las letras de las palabras ... Yo sí me acuerdo de esa actividad.
Pero a Charlie y a sus compañeros de clase les estaban enseñando a usar estas otras estrategias.
Maestra: (pasando la página) Vamos a ver nuestro libro, "Zelda y Ivy: Las fugitivas".
Este es un video que la maestra de Charlie les puso a sus estudiantes de primer grado durante las clases en línea. La que aparece en el video no es ella, pero se trata de una lección del plan de estudios que usaba su distrito escolar.
Maestra: Les voy a leer un poquito de este cuento. Y si me atoro en una palabra, quiero que traten de ayudarme a descubrir qué palabra podría ser.
La maestra lee el cuento. Los niños la siguen en su lectura por las palabras que pueden ver en la pantalla. Entonces la maestra llega a una palabra que ha cubierto con una nota adhesiva amarilla.
Maestra: OK, vamos a parar aquí, en esta palabra cubierta.
Adams: Y la maestra dice, ¿qué palabra podría ser esta? Veamos la imagen.
Maestra: Vamos a ver si la imagen nos ayuda a descubrir qué palabra sería.
Los niños no pueden ver la palabra. Está tapada con la nota adhesiva. Así que no pueden pronunciarla letra por letra. Solo tratan de deducir qué palabra puede ser, basándose en lo que pasa en el cuento.
Maestra: Si pensamos en lo que ha pasado hasta ahora en el cuento, sabemos que el papá de Zelda y Ivy preparó sándwiches de pepino para el almuerzo. Y Zelda y Ivy no querían comer los sándwiches, así que se escaparon. Y ahora piensan que su mamá y su papá las van a…
¿Las van a qué? Zelda y Ivy se escaparon y ahora piensan que su mamá y papá las van a… ¿regañar? ¿Las van a encontrar?
Maestra: ¿Creen que esa palabra cubierta podría ser la palabra 'extrañar'?
Ah, extrañar.
Maestra: ¿Podría ser la palabra 'extrañar'? Porque ahora que se han ido, tal vez sus papás las van a extrañar?
La maestra les pide a los niños que piensen si la palabra podría ser ‘extrañar’... utilizando las estrategias que les ha enseñado.
Maestra: Hagamos nuestra triple verificación y veamos. ¿Tiene sentido? ¿Suena correcto? ¿Qué hay de la última parte de nuestra triple verificación? ¿Se ve correcto? Destapemos la palabra y veamos si parece correcta.
La maestra levanta la nota adhesiva y … efectivamente, la palabra es 'extrañar'.
Maestra: También parece correcta. Buen trabajo. Muy buen trabajo. Adelante, hagan clic en la siguiente diapositiva para que puedan practicar esta estrategia en la próxima parte del cuento.
A Corinne le pareció raro. ¿Por qué hacer que los niños adivinen la palabra? ¿Por qué no hacer que la vean y traten realmente de leerla?
Adams: Y le dije a la maestra de mi hijo algo como: “así no es como aprendimos a leer”, refiriéndome a ella y a mí. Y… simplemente me seguía inquietando, en el fondo… es que… así no fue como lo hicimos, ¿no? O sea… Esto no puede ser correcto. ¿Verdad?
Y para hacer todo más raro, a los niños de hecho les estaban enseñando algunas cosas sobre la pronunciación de las palabras. La maestra les dio algunas lecciones de fonemas. Pero al parecer, cuando se trataba de leer libros, toda esa instrucción parecía irse por la borda.
Corinne pudo haber pasado por alto todo esto. Daba igual, ya lo entendería. En la escuela decían que iba bien… Pero tuvo que hacerle una evaluación de lectura a Charlie en casa. No es algo que normalmente se pida a los padres. Pero era la pandemia.
Adams: Y no se me permitía leérselo primero. Y no podía ayudarle de ninguna manera. Apenas podía señalarle las palabras, eso era todo. Lo tenía que leer él.
(Sonido de fondo)
Ella le hizo la prueba. Están sentados en su cocina. La hermana de Charlie, de 2 años, anda jugando por ahí al fondo. Y Charlie tiene que leer un libro titulado "How Things Move”, o en español: “Cómo se mueven las cosas".
Charlie (leyendo): How Things Move.
Esta es la evaluación de lectura. Corinne la grabó.
Charlie: You is my… (balbuceo de la hermanita de Charlie)
La frase que Charlie está tratando de leer en inglés dice: This toy moves when you push it, que quiere decir "Este juguete se mueve cuando lo empujas". En el libro se ve la imagen de una niña que empuja un camión.
Charlie: You. It. You.
Charlie se exaspera frente a la situación. No tiene idea de cómo leer la mayoría de las palabras de este libro. Algunas de las palabras que dice ni siquiera están en la página.
Charlie: Box.
Adams: No podía creerlo. Me metí a mi recámara a llorar.
(Música)
Y luego Corinne se fue a su computadora y se puso a buscar en Google. ¿Cuál era este método con el que le estaban enseñando a leer a su hijo? Y dio con algunos de los documentales de audio y artículos escritos por Emily Hanford, la autora de este reportaje.
Adams: En ese momento me di cuenta: ¿Qué está pasando? ¡Dios mío! ¿Qué está pasando?
Corinne trató de hablar con otros padres.
Adams: Y ellos me miraron como si estuviera loca.
Sus hijos iban bien, o eso pensaban, porque Corinne había pensado lo mismo. Después empezó a publicar en Twitter acerca de su experiencia.
Adams: Había papás que decían: "¡Ay, Dios! ¡Igual que mi hijo! Esto me está pasando a mí. Me está pasando a mí y estoy en Chicago. O estoy en California. O estoy en cualquier otro lugar".
Lee Gaul: No parecía que realmente les estuvieran enseñando a leer.
Este es uno de esos padres.
Gaul: Parecía que les estaban enseñando a sonar como si supieran leer.
Emily contactó a este padre luego de ver sus publicaciones en Twitter. Se llama Lee Gaul y vive en la ciudad de Nueva York, en uno de los códigos postales más adinerados del país. La escuela a la que va su hija Zoe tiene muy buena reputación. Y sin embargo, ella no estaba aprendiendo a leer. Lee dice que si él mismo no hubiera visto cómo enseñaban a leer en su escuela, hubiera pensado que quizá Zoe tenía una discapacidad.
Gaul: Probablemente hubiéramos pensado, bueno, ¿qué le está pasando? Hay que conseguirle ayuda. Vamos a llevarla con, ya sabes … terapeutas, psicólogos, expertos en audición y expertos en visión, y vamos a resolver esto.
Pero durante la pandemia de COVID, cuando Zoe aprendía de forma remota, Lee vio cómo le estaban enseñando a leer. La escuela de Zoe estaba usando el mismo plan de estudios que la escuela de Charlie. Les enseñaban a hacer cosas como: mirar la imagen, mirar la primera letra, pensar en una palabra que tuviera sentido. Lee decidió enseñarle a Zoe él mismo.
Gaul: Así que, Zo, ¿por qué no vienes aquí un segundo?
Están en su departamento. Lee le muestra a Emily Hanford algunos de los materiales que usó para enseñarle a leer a Zoe. Están repasando las diferencias entre dos terminaciones que suenan prácticamente idénticas en inglés.
Gaul (en inglés): Look at this word, what is this word?
Zoe (en inglés): Aaa – addition?
(Música)
Cuando Lee decidió enseñarle a leer a Zoe, buscó recursos en internet. Le enseñó algunas cosas sobre cómo pronunciar palabras y consiguió unos libros conocidos como "libros decodificables". Zoe recuerda que la primera vez que leyó uno de esos libros con su papá, fue un poco difícil.
Un libro decodificable es un libro con palabras que tienen patrones de ortografía que ya se han enseñado al niño. Así es que puede tratar de leer las palabras. No tiene que adivinarlas.
Aquella primera vez, a pesar de que al principio le costó trabajo, Zoe logró encarrilarse leyendo y cuando se dieron cuenta ya llevaba 54 páginas.
Ahora Zoe lee más. Cuando Emily Hanford le hizo esta entrevista, le contó que se divertía mucho leyendo los Diarios Zombi.
Zoe (en inglés): The Zombie Diaries. They’re really fun.
Y hasta estuvo de acuerdo en leer un poco para Emily en voz alta.
Zoe (en inglés): I decided to walk Skelee to school today. One thing about Skelee is that she really —wait — she really likes to talk…
Zoe todavía está aprendiendo. Pero al final de primer grado, está claramente en camino a convertirse en buena lectora. Los niños que a esas alturas no están en este camino, rara vez logran recuperarse. Zoe no tuvo un buen comienzo con la lectura, pero luego su papá intervino y cambió eso.
Gaul: Tiemblo de pensar qué hubiera pasado si yo no hubiera estado en casa todo este tiempo, si no la hubiera visto, ¿sabes?
Zoe tuvo suerte. Y Charlie también. Porque Corinne, su mamá, hizo exactamente lo mismo que hizo Lee. Después de la desastrosa evaluación de lectura en la que se dio cuenta de que Charlie no tenía idea de cómo leer, decidió enseñarle ella misma. Y para él fue bastante fácil aprender. Lo que quiere decir que las dificultades de Charlie no venían de una discapacidad lectora. Venían de la forma en que le estaban enseñando. Igual que Zoe.
(La música termina)
También es posible que tanto Zoe como Charlie no hubieran tenido mayor problema sin la intervención de sus padres. Algunos niños logran entenderlo todo al final sin necesidad de demasiadas instrucciones.
Pero más de un tercio de los estudiantes de cuarto grado saca calificaciones por debajo del nivel básico en esa prueba de la que les hablé al principio de este episodio.
(Música)
Y el problema es aún peor cuando miramos más allá del promedio y nos centramos en grupos específicos de niños. Una de las estadísticas más alarmantes: el cincuenta y seis por ciento de los estudiantes afroamericanos de cuarto grado estaban por debajo del nivel básico. Eso es casi seis de cada diez niños afroamericanos... que no sabían leer a un nivel básico. Y el cincuenta por ciento de los niños hispanos también estaban por debajo del nivel básico en cuarto grado.
Vamos a hacer una pausa. Al volver te contaré de dónde viene este método para enseñar a leer y cómo se volvió tan popular.
Gannon: Confiaba en que son expertas... Confiaba en que así es como se enseña a leer… O sea, ¿cómo podían estar equivocadas?
Segmento B
(Música)
Existe una idea sobre cómo aprenden a leer los niños, que está profundamente arraigada en las escuelas estadounidenses. A los maestros se les enseña esta idea en la universidad. También en la capacitación que les dan en sus trabajos. La idea está en los materiales de sus planes de estudios. Está en las pruebas que usan para determinar el nivel de lectura de un estudiante. Está en todas partes.
Se trata de esta idea:
Los lectores principiantes no tienen que pronunciar, letra por letra, palabras escritas. Pueden hacerlo, pero no tienen que hacerlo… porque hay otras formas de adivinar lo que dicen las palabras.
Ahí está. Esa es la idea.
Es la idea en la que se basan las estrategias para leer palabras de las que hablamos en el segmento anterior: Mira la primera letra. Mira la imagen. Piensa en una palabra que tenga sentido.
Son formas en las que un lector principiante puede descubrir una palabra sin pronunciar los sonidos de las letras que la conforman.
Te voy a decir de dónde vino esta idea. Y también te diré cuál es el error en ella.
(La música termina)
Nuestra historia empieza en la década de 1960, en Nueva Zelanda.
Maestra: Let’s read about Pat, the fat cat!
Antes de los años 60, en Nueva Zelanda y en otros países de habla inglesa, había básicamente dos planteamientos distintos para enseñar a los niños a leer.
Maestra: This is Pat.
Había un enfoque fonético, en el que se enseñaba a los lectores principiantes cómo pronunciar las palabras letra por letra. Y después practicaban en libros como éste.
Maestra: Pat is a cat.
El otro enfoque para enseñar a leer era conocido como el ‘Whole word method’, que en español sería algo como ‘método de palabra global’.
Maestra: Come here, Dick. Come and see Puff.
Los clásicos libros de Dick y Jane, que eran muy populares en Estados Unidos, usaban este método.
Maestra: See Puff play. See Puff jump. See Puff jump and play.
(Música)
En los libros de Dick y Jane, la idea no era que los niños pronunciaran letra por letra las palabras. La idea era que vieran las mismas palabras una y otra vez hasta memorizarlas. Usaban frases como estas, en las que repetían varias veces las mismas palabras: Puff, el nombre del gato, play, que es ‘jugar’, y jump, que es ‘saltar’. Se trataba de que guardaran las palabras en su mente, pero como imágenes.
Sin embargo, a principios de los 60, Nueva Zelanda había dejado atrás tanto el ‘Método de palabra completa’ como la instrucción fonética… porque había una nueva idea: que los lectores principiantes no debían dedicarse a aprender a leer palabras. Debían esforzarse en entender el significado de lo que estaban leyendo.
Así que, el gobierno de Nueva Zelanda empezó a distribuir en las escuelas un nuevo tipo de libro de lectura inicial.
(Música)
Les decían “los libritos".
Niño (leyendo): The pet show.
Este es un niño leyendo uno de esos libritos. Se llama “The Pet Show”, que quiere decir "La exhibición de mascotas".
Niño (leyendo): This is the day the pets come to school…
En el pasaje que escuchas está leyendo acerca de los animales que van a la escuela, un cordero, un gato…
Estos libros suenan mucho a los de Dick y Jane. Pero hay una diferencia clave. El vocabulario de estos libros no se limita a palabras sencillas como "Puff" “jump” y "play". Incluye palabras con patrones de ortografía difíciles en inglés, como “lamb”, que termina con una ‘b’ muda y quiere decir "cordero" y “calf”, que tiene una ‘l’ muda y significa "becerro".
Niño (leyendo): Mary comes with the calf. Penny comes with the pig. William the goat will not come…
Los libros tienen imágenes que ayudan a los niños a adivinar las palabras. Pero la idea base es que entender el significado de la historia es más importante que acertar con las palabras. Y que si los niños se enfocan en comprender lo que están leyendo, descubrirán lo que dicen las palabras.
Niño (leyendo): The teacher and the judge went after the goat. “Come here, William!”, they shouted.
A este nuevo enfoque para enseñar lectura en Nueva Zelanda lo llamaron ‘The book experience approach’, o sea, ‘El enfoque de la experiencia del libro’. En Estados Unidos, llegó a ser conocido como "Whole language", que quiere decir ‘lengua total’. En español se le llama “Método Global”, y es básicamente la idea de que aprender a leer es más fácil e interesante para los niños si comienzan con historias completas y frases completas, en lugar de empezar con palabras sueltas.
Mark Seidenberg: El “Método Global” básicamente decía: si creamos un entorno rico en alfabetización que sea altamente motivador y que ofrezca el tipo correcto de materiales, los niños van a entender cómo funciona la lectura.
Este es Mark Seidenberg. Es un neurocientífico cognitivo. Él dice que la creencia fundamental en el “Método Global” es que aprender a leer es como aprender a hablar. Que sucede naturalmente, a través de la exposición a los libros.
Seidenberg: La idea esencial es básicamente que se aprende haciendo. Así que se supone que los niños aprenden al hacer las cosas, que no hay que decirles qué hacer. La instrucción será mínima porque los niños entenderán solos, siempre y cuando el entorno sea propicio.
Pero algunos niños no lo entendían. Y en la década de los 60, una investigadora neozelandesa, Marie Clay, se preguntó por qué. Quería encontrar la forma de ayudar a los niños que estaban teniendo dificultades.
Marie Clay murió en 2007. El audio de ella que estás por escuchar fue grabado hace años.
Clay: Mi idea, cuando empezaba mi investigación especial aquí en Nueva Zelanda, era: ¿será posible ver, observar, que el proceso de aprender a leer salga mal?
Se preguntaba si algo así podría notarse a través de la observación. Era 1963, el mismo año que las escuelas de Nueva Zelanda empezaron a usar los nuevos "libritos". Clay identificó a 100 niños en Auckland en su primer año de escuela y los observó durante todo un año.
Clay: Entraba en las aulas. Grababa lo que los niños decían y hacían. Y esto me dio nuevas perspectivas para construir casi una nueva teoría de cómo estaban aprendiendo a leer nuestros niños.
(Música)
Según la teoría de Clay, cuando los buenos lectores se topan con una palabra que no conocen, se hacen buenas preguntas. Como: ¿qué palabra tendría sentido aquí? Por ejemplo, si en un cuento una niña se prepara para montar a caballo y pone sobre su caballo algo que empieza con "s", la palabra debe ser "silla".
Clay también se fijaba en las cosas que los buenos lectores no hacen. No pronuncian detenidamente las palabras. Ella concluyó que los buenos lectores usan las letras de las palabras de forma "incidental". Esto quiere decir que sólo les echan un vistazo para confirmar que están captando el significado de lo que están leyendo. Y su último recurso para descodificar una palabra es pronunciar juntando los sonidos de las letras que la forman.
Esta era la teoría de Clay acerca de cómo leen los buenos lectores. La teoría que desarrolló mientras observaba a los niños tratando de leer esos libritos. Ella no pensaba que hubiera nada malo ni en esos libros, ni en la forma en que las escuelas enseñaban a leer.
Pero le quedó claro que algunos niños necesitan ayuda extra. Y quería encontrar alguna forma de ayudar a esos niños. Así que en 1976 creó un programa para enseñarles a los lectores con más dificultades, las estrategias que según ella usaban los buenos lectores.
Llamó a su programa Reading Recovery, en español se conoce como “Descubriendo la lectura”.
(La música termina)
Sandra Iversen: Marie era la diosa, ya sabes. Y yo la seguía fielmente. Me encantaba.
Sandra Iversen estudió para ser maestra de Reading Recovery en Nueva Zelanda en la década de los 80. Ella dice que Marie Clay no creía en la instrucción fonética. De hecho, en uno de sus libros, Clay describió la fonética como un "sinsentido". Sandra Iversen dice que los maestros de Reading Recovery no debían pedirles a los niños que pronunciaran las palabras letra por letra.
Iversen: No. Podías decirles “Fíjate en la primera letra”. Y te vendrá a la cabeza, si también estás viendo la imagen. Fíjate en la primera letra y la palabra vendrá sola.
Sandra dice que si un niño tenía buen vocabulario oral, generalmente conseguía dar con la palabra al ver la imagen del libro. Después, el maestro de Reading Recovery le pediría al niño que verificara la palabra para asegurarse de que era la correcta.
Iversen: Le podrías decir, "¿Tiene sentido?" Y luego, "Bueno, ¿suena correcto?" Y lo último que podrías decir sería: "¿Corresponden esas letras?"
Esta forma de enseñar a los niños a leer se conoce en inglés como “Three cueing”, que significa "tres pistas". No es un término que Marie Clay haya usado. Pero ese método de pistas se basa en su teoría sobre cómo leen las personas.
Su programa llamó la atención de gente en todo el mundo. Gente poderosa.
Música: (Hail to the Chief)
El Presidente Bill Clinton elogió el programa de Clay en una visita a una escuela primaria de Virginia en 1998.
Clinton: Soy fan del programa de Reading Recovery. Si nos fijamos en la investigación, es la estrategia con mejor resultado a largo plazo.
A finales de los 90, Reading Recovery se usaba al menos en una de cada cinco escuelas estadounidenses. En 49 estados. También se había extendido en el mundo de habla inglesa: Australia, Canadá, Reino Unido. La Reina de Inglaterra le dio a Marie Clay el título de “Dama”, equivalente al título de “Caballero” que dan a hombres ilustres. Y Reading Recovery ahora está disponible en español. Y en francés. Es difícil sobrevalorar la influencia de Clay. Inventó una teoría para explicar uno de los misterios de la mente humana: cómo leen las personas. Pero la teoría de Marie Clay era solo eso, una teoría. La misma Marie Clay no estaba segura de que fuera correcta.
Locutor: Y por último esta noche, alguien que ha tenido una profunda influencia en las escuelas de Nueva Zelanda: la Dra. Marie Clay, autora de muchos libros sobre la enseñanza de la lectura…
Clay habló de esto en un programa de radio en Nueva Zelanda. Era 1978.
Presentador: Al ver a los niños pequeños, siempre me ha parecido que esta es una de las áreas de enseñanza en las que legítimamente podríamos usar la palabra "magia" para describir cómo aprenden. ¿Está de acuerdo con esto?
Clay: Lo estoy. Y pienso que si realmente presionaran hoy a algunos de los teóricos de lectura con más visión de futuro, verían que ellos lo están diciendo muy claramente: tenemos esta y aquella otra área de la lectura de las cuales no sabemos nada. No sabemos qué pasa detrás de los ojos en estas áreas específicas. Y también están diciendo, por lo que veo, que es poco probable que alguna vez lo sepamos.
(Música)
Lo que Marie Clay no sabía en ese programa de radio de 1978 es que los científicos estaban a punto de hacer exactamente lo que ella creía imposible. Estaban a punto de descubrir qué sucede detrás de nuestros ojos cuando leemos. Estaban a punto de entender cómo leen las personas. Y no funciona como Marie Clay pensaba.
En los años 70 y 80, científicos de todo el mundo empezaron a interesarse por la lectura. Comenzaron a poner a prueba varias ideas y teorías, como la de que los lectores más hábiles utilizan las letras de las palabras de forma incidental, que solo las miran por encima para confirmar que están captando bien las palabras. Eso es lo que creían Marie Clay y muchos otros académicos prominentes. Pero, ¿era cierto?
James Kim: Había un académico, Keith Rayner, que desarrolló una tecnología de seguimiento ocular.
Él es James Kim, un profesor de Harvard que ha escrito sobre la historia de la investigación en torno a la lectura.
Kim: Y lo que la tecnología de seguimiento ocular nos permite hacer es ver lo que hace el ojo humano cuando lee un texto.
(La música termina)
Y lo que los estudios de Keith Rayner mostraron es que los buenos lectores procesan prácticamente cada letra de cada palabra mientras leen.
Kim: No se saltaban nada, no veían las palabras enteras. Y ese descubrimiento se replicó una y otra vez.
Los estudios de seguimiento ocular mostraron que los buenos lectores se apoyan en las letras para saber qué dicen las palabras.
Otra parte de la teoría de las pistas que los científicos pusieron a prueba es: si los lectores pueden usar el significado y el contexto para identificar palabras con precisión. Si tapas la palabra con una nota adhesiva, ¿puedes adivinar cuál es? La respuesta es: puedes intentarlo, pero te vas a equivocar muchas veces. Los experimentos mostraron que incluso un lector bien formado y experto solo podría predecir aproximadamente una de cada cuatro palabras usando pistas contextuales. Otros estudios demostraron que los lectores menos hábiles dependían más del contexto para reconocer palabras. Los lectores hábiles ven una palabra y la reconocen, en una fracción de segundo.
Para la década de 1990, la investigación había dejado claro que la teoría de Clay sobre el funcionamiento de la lectura no era correcta. Pero mucha gente que no conocía esa investigación siguió creyendo profundamente en Clay y su programa de Reading Recovery.
Iversen: Yo estaba convencida de que el Reading Recovery, en su forma pura, era perfecto. Absolutamente convencida.
Esta es Sandra Iversen nuevamente, la maestra de Reading Recovery de Nueva Zelanda. A principios de los 90, estaba haciendo una maestría y su asesor de tesis le sugirió que estudiara la posibilidad de que el programa de Reading Recovery fuera más eficaz si incluyera enseñar explícitamente a los niños a pronunciar palabras escritas juntando las letras. Sandra se mostró escéptica.
Iversen: No pensé, ni por un minuto, que eso fuera a hacer la menor diferencia, ¿sabes?
Pero hizo el estudio. Un grupo de niños obtuvo el Reading Recovery original. Y el otro grupo lo recibió con un elemento adicional: instrucción explícita sobre cómo pronunciar los sonidos de las letras que forman las palabras.
Y los estudiantes que recibieron la instrucción explícita necesitaron muchas menos lecciones para tener éxito.
Iversen: Y eso para mí fue significativo porque quería decir que podías recuperar a más niños de los que hubieras recuperado de la otra manera.
Y Sandra empezó a notar que los niños podían tener cierto éxito con el programa Reading Recovery de Clay, sin realmente aprender a leer. Que al usar las estrategias que les habían enseñado podían aparentar que estaban leyendo. Pero a medida que los libros se volvían más difíciles, cuando las palabras se volvían más largas y las imágenes desaparecían, algunos de esos niños quedaban desarmados, porque en realidad no sabían cómo leer las palabras.
Iversen: Muchos de los estudiantes que salen del programa de Reading Recovery simplemente no avanzan en el salón de clases. O se estancan, o incluso retroceden.
(Música)
El hallazgo de Sandra Iversen fue corroborado por un importante estudio que se publicó en 2022. El estudio le dio seguimiento a un numeroso grupo de niños que habían pasado por el programa de Reading Recovery, y se constató que en realidad les iba peor en tercero y cuarto grado que a niños similares que no habían pasado por él.
Pero Reading Recovery no ha desaparecido. Y a pesar de que hay muchas pruebas que muestran que Marie Clay estaba equivocada sobre cómo lee la gente, en muchas escuelas empezaron a usar sus ideas para enseñar a leer a TODOS los niños, no solo a los estudiantes de primer grado con dificultades. En otras palabras, las escuelas empezaron a enseñarles a los niños a usar las estrategias que usan los lectores con dificultades. Así lo hizo la escuela de Charlie. Y la de Zoe.
La autora del plan de estudios que usan en la escuela de Charlie y en la de Zoe es una mujer que aprendió de Marie Clay. Una mujer llamada Lucy Calkins. Es profesora en Teachers College Columbia, en la ciudad de Nueva York, y se convirtió en una heroína para muchos maestros de todo el país.
(La música termina)
Lacey Robinson: Un día me invitaron a acompañar a Lucy y su equipo a algunas escuelas del Bronx y a presenciar la capacitación profesional que impartía a un grupo de maestros.
Esta es Lacey Robinson, una ex maestra de primer grado que trabajó para Lucy Calkins en la década de los 90.
Robinson: Fue como estar en un teatro. O sea, la gente… ella parecía una estrella de rock cuando entró al edificio. Yo solo recuerdo estar sentada allí, como… maravillada.
Lucy Calkins es todavía más famosa hoy en día. Su método para enseñar a leer y escribir se usa en escuelas de todo el mundo. Se estima que una de cada cuatro escuelas primarias en Estados Unidos usa su plan. Y más de 170,000 maestros han asistido a los cursos de formación de profesores de una semana en Nueva York. Estos cursos a menudo iniciaban con ceremonias inaugurales en una iglesia.
Maestra: ¡Aquí es donde vamos a ver a Lucy!
Esta es una maestra que se graba a sí misma mientras entra a la iglesia. Es la Iglesia Riverside en Manhattan.
Maestra: ¡Ay, ay, ay…! Esto es tan hermoso. ¡Dios mío!
Lisa Karim: Fue como estar en un concierto de rock.
Esta es Lisa Karim. Otra maestra que fue a uno de los talleres de capacitación de Calkins en Nueva York.
Karim: Una de las sesiones fue en un auditorio enorme, en una universidad. Todo el mundo se calló, y ahí abajo, al frente del auditorio, se encontraba Lucy con un estudiante. Dando una lección de escritura. Y se sentía como si estuvieras viendo algo mágico.
Lisa Karim quería crear ese mismo tipo de magia para sus estudiantes. Por eso estaba allí.
Karim: Era – aquí hay una persona que sabe cómo aprenden los niños a leer y escribir. Y yo quiero ser capaz de enseñar a niños a leer y escribir.
Lucy Calkins supo satisfacer una necesidad entre los maestros del país.
(Música)
La necesidad de saber más sobre cómo enseñar lectura y escritura. Su instituto en Nueva York era como la meca de estos temas. Esta es Carrie Chee. Ella fue maestra en el estado de Washington.
Carrie Chee: Era como esta sensación de la Ivy League… Siempre quieres ir allí.
Krista Velasquez: Todos aplicábamos.
Ella es Krista Velasquez. Es maestra en Palo Alto, California.
Velasquez: Seleccionaban a ciertas personas para ir y a otras no.
Un distrito escolar no puede costear enviar a todos sus profesores. Los entrenamientos cuestan hasta $850 dólares por persona, más gastos. Pero los distritos escolares no tenían por qué mandar a sus maestros a Nueva York a aprender de Lucy y su equipo, porque ellos podían desplazarse a sus localidades, ya sea para una formación de unos cuantos días, o para coaching y apoyo continuo.
(Música)
Durante años las escuelas de Palo Alto contrataron a Calkins para contar con sus entrenadores en sus planteles. Los registros muestran que, entre 2013 y 2021, el distrito pagó más de un millón de dólares a una sociedad de responsabilidad limitada que pertenece a Calkins. Así es como Krista Velasquez aprendió a dar el taller de lectura y escritura de Calkins.
Velasquez: Los entrenadores de Lucy son fenomenales. Cuando estás sentada con ellos en una sala y te están enseñando, sientes que puedes hacer cualquier cosa. Son como un rayo de sol en la habitación. Y cuando estás en estos entrenamientos con ellos, ves que tú podrías convertirte en ese sol.
Lucy Calkins también ha visitado Palo Alto.
Todd Collins: Si hubiera venido Beyoncé a dar un concierto privado en mi distrito, no habría sido más importante para muchos de mis maestros.
Eso dice Todd Collins, miembro de la junta escolar en Palo Alto, cuando recuerda una visita de Calkins al distrito.
Collins: Y me quedé atónito. Quiero decir, he estado en reuniones con líderes educativos en mi distrito y los he oído referirse al plan de estudios como "Lucy". Lucy dice esto. Lucy hace aquello. Ella personifica este plan de estudios.
Así es como funciona una lección del plan de estudios de Calkins: el maestro empieza con algo que llaman una "mini lección". Un ejemplo de una mini lección para el kínder es "¿Qué es un lector ávido?"
El maestro le muestra al grupo fotografías de lectores ávidos y les pide a los niños que discutan lo que observan.
Luego, les indica a los niños que busquen un lugar cómodo para practicar la lectura ávida. Son niños de kínder. La mayoría de ellos aún no sabe leer. Pero se supone que deben pasar de 35 a 45 minutos leyendo tanto independientemente, como con sus compañeros y en grupos pequeños. El maestro ronda por ahí, los observa y habla con ellos. En algún momento, el maestro llama la atención de toda la clase para lo que se conoce como un "punto de enseñanza a mitad del taller". En ese momento puede compartir algo que percibió. En la guía del maestro, por ejemplo, se plantea decir algo como: "Todo lo que veo es a ustedes leyendo ávidamente. No me hacen falta esas fotos de desconocidos para ver lectores ávidos. ¡Para nada! ¡Están justo aquí frente a mí!"
Después, los niños regresan a sus libros. Al final, el maestro reúne a los niños otra vez para que compartan lo que aprendieron sobre la lectura ávida.
Muchos maestros estadounidenses no reciben mucha formación en su preparación docente acerca de cómo aprenden a leer los niños. Pero Calkins les ha dado herramientas e inspiración.
Canción: Just a young mind, trying to learn through, Lucy Calkins, the writing guru…
Esta es una de las canciones que se han escrito sobre Lucy Calkins. Dice: Solo una mente joven, tratando de aprender a través de Lucy Calkins, gurú de la escritura…
Pero recientemente, Calkins reconoció que algunas partes de su plan de estudios deben cambiar.
Lucy Calkins: Nada de lo que hacemos es perfecto, ¿sabes? Sólo es lo mejor que sabemos hacer.
Esta es Lucy Calkins en marzo de 2021. Es su horario de oficina en Zoom. Y en esta sesión anuncia que su editorial, Heinemann, va a lanzar una nueva edición de su plan de estudios para la enseñanza de la lectura. Calkins dice que ella y su equipo han estado reescribiendo el plan para incorporar lo que han aprendido en los últimos años acerca de la ciencia de la lectura.
Calkins: Corregimos algunas de las áreas en las que la ciencia de la lectura, ya saben, nos han mostrado que, pues, cometimos errores…
Ella dice que hay cosas que "lamenta". Cosas que debió haber hecho de forma "diferente". Pero la investigación que muestra que esas estrategias eran una mala idea, hacía décadas que estaba disponible.
(Música)
¿Por qué no lo sabía?
En 2021, Emily Hanford entrevistó a Lucy Calkins y le hizo esa pregunta.
Emily Hanford: Gran parte de esta investigación no es nueva. Y esta idea de que los lectores usan el contexto y múltiples fuentes de información para resolver palabras, identificar palabras mientras leen, eso realmente lo abordaron como una pregunta interesante los investigadores en los años 70 y 80. O sea: ¿es eso lo que hacemos? Y mostraron de manera bastante definitiva que no era el caso. Quiero decir, ¿estabas al tanto de esa investigación y de lo claro que estaba esto ya en los años 90?
Calkins: Mmm, me estás pidiendo que recuerde lo que pasaba por mi mente en algún momento. Mm, pero diría que, tienes que recordar que esa investigación no era… no creo que hubiera aulas que estuvieran usando métodos didácticos emocionantes, y conmovedores… y hermosos… y ya sabes, que encendieran a los niños como lectores y escritores, que partieran de esa línea de pensamiento. Era parte de una Gestalt diferente a la nuestra.
Hay otra profesora prominente, cuyo trabajo también fue influenciado por Marie Clay. Una mujer llamada Gay Su Pinnell.
(Música)
En la década de los 80 Pinnell ayudó a traer el trabajo de Clay a Estados Unidos. Y en los 90 visitó a Lucy Calkins en Columbia para enseñarle a ella y a sus colegas lo que sabía sobre la forma en que los niños aprenden a leer. En 1996 Pinnell coescribió un libro sobre su enfoque para enseñar a leer. Lo hizo con otra maestra estadounidense, Irene Fountas. Ese libro fue un éxito de ventas para su editorial.
Lisa Luedeke: Fue un gran éxito. Simplemente increíble.
Lisa Luedeke fue una de las editoras del libro.
Luedeke: Y a partir de entonces, empezamos a publicar una serie de libros de Fountas y Pinnell.
Algunos de los libros que escribieron Fountas y Pinnell eran sobre fonética. No decían "no" a la fonética. Pero decían que se le puede enseñar a leer a un niño sin enseñarle a pronunciar juntando las letras de las palabras.
A principios de los 2000, el enfoque de Fountas y Pinnell estaba presente en escuelas y programas de formación docente a lo ancho y largo del país. Sarah Gannon lo conoció cuando asistía a la Universidad de Michigan. Le asignaron la lectura de uno de los libros de Fountas y Pinnell en una de sus clases.
Sarah Gannon: Sentí que formaba parte de este movimiento tan emocionante.
Nunca preguntó sobre la investigación que había detrás del enfoque de Fountas y Pinnell. Nunca se le ocurrió preguntar. Porque Fountas y Pinnell eran profesoras. Y sus profesoras le habían mandado a leer ese trabajo. ¿Por qué lo cuestionaría?
Gannon: Yo confiaba en que son expertas. Confiaba en que así es como se enseña a leer. O sea, ¿cómo podrían estar equivocadas?
(Música)
Fountas y Pinnell no pensaron que estaban equivocadas, al menos por lo que podemos deducir. Emily Hanford no ha podido hablar con ellas.
En los últimos años ella ha intentado varias veces obtener una entrevista, pero siempre le han dicho que no.
A finales de los años noventa ya debían de estar al corriente de las investigaciones científicas sobre la lectura. Hubo importantes informes gubernamentales sobre esa investigación. Salió en las noticias. Pero Emily Hanford piensa que Fountas y Pinnell simplemente no estaban de acuerdo con ella. Porque tenían la investigación de Marie Clay. Pensaban que ella tenía razón. Y que los científicos de la lectura estaban equivocados.
(Aplausos)
Encontramos una grabación en la que Gay Su Pinnell trató el asunto.
Gay Su Pinnell: Así que no podemos dar por sentada la ciencia, debemos aceptar sus hallazgos con cautela.
Aquí déjame ambientar un poco la escena. Es 2005 y está en la conferencia del Consejo de Reading Recovery de Norteamérica. Gay Su Pinnell le habla a una sala llena de gente que apoya el programa de Reading Recovery y que ha sido formada a partir de la idea de Marie Clay sobre la forma en que los niños aprenden a leer. Pero para este momento de 2005, un montón de distritos escolares de Estados Unidos recibían subvenciones federales para adoptar programas basados en la ciencia de la lectura. Y Pinnell le está diciendo a su público: no estén tan seguros de esa ciencia.
Pinnell: Recuerden que la ciencia puede arrojar hallazgos universalmente aceptados que, si nos vamos un siglo atrás, parecían verdaderamente extraños.
El argumento que Pinnell plantea en este discurso es que Marie Clay es quien descifró cómo aprenden a leer los niños. Y los científicos de la lectura aún no han llegado a las ideas de Clay.
Pinnell: Newton descubrió la gravedad, pero entonces no hubo un gran anuncio de su nuevo pensamiento. De hecho, la teoría fue ampliamente cuestionada. Tuvieron que pasar 60 años para que las nuevas ideas fueran aceptadas en la ciencia. Y nosotros solo hemos tenido 40 años hasta ahora.
(Música)
Pinnell y su coautora, Fountas, siguieron apoyando a Clay y su teoría sobre cómo leen las personas, incluso cuando Lucy Calkins estaba reescribiendo su plan de estudios. En noviembre de 2021, Fountas y Pinnell publicaron en su sitio web una serie de preguntas y respuestas grabadas. Esta es Irene Fountas.
Irene Fountas: Sentimos que este es el momento adecuado para aclarar algunas malinterpretaciones de nuestro trabajo en apoyo a los maestros, pues algunos de ellos están siendo atacados.
En esta serie de preguntas y respuestas, Fountas y Pinnell reforzaron el método que habían promovido por décadas. Y reiteraron su compromiso con la teoría de las pistas de Clay. Fountas dijo que pedirle a un niño que sólo pronuncie una palabra es simplista y equivalente a decirle que no piense.
Gay Su Pinnell, Irene Fountas y Lucy Calkins son autoras destacadas de la misma editorial. Y esa editorial, Heinemann, ha ganado millones por vender sus ideas. Y aunque Lucy Calkins se ha alejado de la teoría de las pistas, al parecer, Fountas y Pinnell no. Emily Hanford quiso saber cuál era la posición de su editorial, Heinemann, en todo esto.
(La música termina)
Hanford (en inglés): Hi, Vicki.
Vicki Boyd: Hi Emily, very nice to meet you.
Habló con Vicki Boyd que en ese momento, abril de 2022, era la vicepresidenta ejecutiva y directora general de Heinemann. Llevaba en la compañía desde principios de los años 2000.
Emily señaló que Fountas y Pinnell aún defendían la teoría de las pistas, y que Lucy Calkins no.
Hanford: Ambas cosas no pueden ser correctas. ¿En qué posición se encuentra Heinemann al respecto?
Boyd: Sí, bueno, gracias por esa pregunta. Mmm, sabes, nuestras autoras están en desacuerdo. Ehm… y… mmm, nosotros pensamos que eso es bueno. Creemos que el debate es algo positivo.
Pero hay un montón de pruebas científicas en contra de la teoría de las pistas. Y ha habido muchas evidencias desde los años 90.
Hanford: Y ahora estamos en 2022. Y acabas de decir que hay una diferencia de opinión entre tus autoras. Pero creo que esto es más que una diferencia de opinión. Fountas y Pinnell están aferrándose a algo que está demostrado, hace décadas, que no es una buena idea.
Boyd: Sí. No estoy segura de estar de acuerdo en que están aferrándose a algo que ha sido, ah… refutado. Estas autoras son líderes en su campo. Confiamos en sus muchos años de investigación y en su interpretación de esa investigación en aulas reales. La investigación respalda varios enfoques y los maestros necesitan una variedad de opciones.
Unos tres meses después de que la entrevistara Emily Hanford, Vicki Boyd dejó Heinemann.
(Música)
La compañía tiene un nuevo director. Emily no ha hablado con él. Después de asumir el cargo, mencionó en una publicación de blog que la compañía se enfocaría en "aclarar y formalizar" sus prácticas en cuanto al desarrollo de planes de estudios. Más tarde, dijo que Heinemann trabajaría con Fountas y Pinnell para aumentar el énfasis en las habilidades lectoras fundamentales y descodificación en sus materiales.
Emily mandó un correo electrónico a un portavoz preguntando qué cambiaría en el proceso de revisión del plan de estudios en Heinemann. Y si Fountas y Pinnell abandonarían las estrategias de pistas. No recibió ninguna respuesta.
Después de que toda esta información se dio a conocer en el pódcast "Sold a Story", Heinemann publicó una respuesta en su sitio web. La compañía dijo que la investigación respalda sus materiales y que el pódcast simplifica radicalmente y tergiversa temas complejos de alfabetización.
Es cierto que el pódcast no exploró todos los componentes necesarios para una enseñanza eficaz de la lectura. Se centró en una idea problemática: la idea de que los lectores principiantes no tienen que pronunciar, letra por letra, las palabras escritas porque hay otras formas de descifrar lo que dicen las palabras.
Esa idea está en todas partes, no solo en los materiales publicados por Heinemann. Muchas editoriales y muchas de las personas que capacitan a las escuelas han defendido esta idea… durante décadas. Y a muchos niños se les ha enseñado la estrategia de las pistas, cosas como “mira la imagen”, “fíjate en la primera letra”, “piensa en una palabra que tenga sentido.” Aunque los niños reciban algo de instrucción fonética, la estrategia de las pistas puede causar malos hábitos. Y esos hábitos pueden quedar enraizados, de modo que cuando los niños ya son mayores tienden a saltarse letras y palabras. Adivinan mucho, en vez de realmente leer las palabras.
Bruce McCandliss: Creo que cada vez más personas empiezan a darse cuenta de que hay un número muy significativo de niños que estamos descuidando en sus necesidades.
(Música)
Este es Bruce McCandliss. Es un neurocientífico cognitivo en Stanford.
McCandliss: Los niños luchan y sufren, y en ocasiones he dirigido clínicas de lectura donde los niños se abruman en la cuarta palabra de una prueba de lectura y se echan a llorar, diciendo que son personas defectuosas, estúpidas, que no pertenecen a la escuela, que odian la escuela y que nunca más quieren hacer nada que tenga que ver con lectura.
Bruce McCandliss dice que enseñarles a los niños que no tienen que mirar detenidamente las palabras y pronunciarlas, pone a muchos de ellos en riesgo de no lograr nunca convertirse en buenos lectores. Y profesores de todo el país están llegando al doloroso descubrimiento de que la forma en que se les entrenó para enseñar a leer a los niños estaba equivocada.
Chee: Yo solo seguía diciendo, "Bueno, sigue intentando".
Esta es Carrie Chee, una de las maestras que escuchaste antes.
Chee: Y luego cuando no podían, yo simplemente pensaba que no querían intentarlo. Y lo que me persigue es que cuando no funcionaba, yo culpaba a los niños.
Y los legisladores estatales están promulgando leyes.
Al menos 22 estados han presentado proyectos de ley para reformar la enseñanza de lectura en el año posterior a la publicación de este reportaje en el pódcast Sold a Story. Varios estados han prohibido el plan de estudios que incluye la estrategia de las pistas.
Y en septiembre de 2023, el Colegio de Maestros de Columbia, la universidad donde trabaja Lucy Calkins, anunció que la organización de formación para maestros que ella fundó sería… ‘disuelta’. Esa palabra, ‘disuelta’, fue eliminada de la declaración de la escuela posteriormente y se calificó la medida como una “transición” con el fin de “garantizar” que “los programas de la escuela estén fundamentados en las más recientes investigaciones y evidencias.” Lucy Calkins todavía es profesora en el Colegio de Maestros de Columbia.
(Música)
En nuestro segundo episodio, me sentaré con Emily Hanford, la periodista creadora de Sold a Story. Hablaremos sobre los desafíos especiales que enfrentan los niños al aprender inglés en la escuela... cuando hablan español en casa... y cómo nosotros, como padres, podemos saber si nuestros hijos necesitan ayuda.
Hanford: Hay algunos datos de encuestas que muestran que la gran mayoría de los padres, unos 9 de cada 10, creen que sus hijos están al nivel del grado en lectura. Pero como dije antes, muchos niños no lo están, incluída la mitad de los niños hispanos. Así que, hay una brecha entre lo que creen los padres y la realidad.
Toda mi conversación con Emily ya está disponible. Es el segundo episodio en este canal de podcast. Y si eres una madre o un padre cuyo hijo está teniendo dificultades en la lectura, tenemos algunos medios para ayudarte. Están en nuestro sitio web. Ve a soldastory.es. Hay un enlace en las notas del programa.…
Este programa fue escrito y producido en inglés por Emily Hanford y Christopher Peak de la unidad de investigación de APM Reports. Los editores fueron Catherine Winter y Chris Julin, con ayuda editorial de Curtis Gilbert. El editor digital de APM Reports es Andy Kruse. El editor jefe es Tom Scheck y la editora ejecutiva es Jane Helmke.
La producción de esta versión en español es de Shake it Easy. Nuria Net es nuestra productora ejecutiva. Este programa fue traducido y adaptado al español por Inger Díaz Barriga. La supervisión del diseño de sonido es de Alex García Amat y Daniel Durán hizo el montaje. Lupita Alvarez es nuestra coordinadora de producción.
Agradecemos especialmente a Magdalena Zavalia, Margaret Goldberg, Claude Goldenberg, y a John Ellis Guardiola de AKA Translation, por su ayuda en esta adaptación.
Nuestra música original fue creada por Wonderly.
Para esta adaptación recibimos apoyo de Achelis & Bodman Foundation.
El apoyo continuo a APM Reports y a Sold a Story proviene de Oak Foundation y Ibis Group. Soy Valeria Fernández.