Transcripción de Mi hijo no sabe leer bien. ¿Qué debo hacer?
Este pódcast está diseñado para ser escuchado. Le recomendamos que escuche el audio si puede.
Valeria Fernández: Aprender a leer es difícil. Y aprender a leer en inglés es todavía más difícil.
Emily Hanford: El inglés es uno de los idiomas más difíciles de aprender. A un lector típico - que hable inglés - le lleva de dos a tres años dominar la lectura de ese idioma en un nivel básico.
Fernández: Y cuando el inglés no es tu lengua materna… se vuelve más complejo. Y a eso se suma que muchas escuelas le están enseñando a leer a los niños utilizando estrategias que la ciencia ha demostrado que no funcionan.
Hanford: Y lo que los profesores me han dicho es que esas estrategias de lectura pueden ser especialmente confusas para los niños cuya lengua materna no es el inglés.
Fernández: Ella es Emily Hanford. Es la periodista que creó Sold a Story — un podcast, originalmente en inglés, que investiga cómo enseñarle a leer a los niños salió tan mal. Nosotras realizamos una versión en español del podcast. Yo soy la narradora de Sold a Story en español. Me llamo Valeria Fernández y soy una periodista independiente en Arizona.
Si aún no has escuchado Sold a Story en español, te recomiendo que lo escuches primero. Es el primer episodio en este canal de podcast. Vas a entender mucho mejor esta conversación si escuchas ese episodio antes. En este episodio vamos a responder muchas de las preguntas que seguramente te surgieron mientras escuchabas el primero.
La primera vez que escuché Sold a Story, tuve miles de preguntas, como periodista y como mamá. Tengo un hijo de 4 años y lo estamos criando para que sea bilingüe aquí en Estados Unidos. Pronto le va a tocar ir a la escuela y aprender a leer. ¿Cómo será su experiencia? ¿En qué tengo que pensar como mamá? Así que quise platicar con Emily para saciar mi curiosidad y le pedí que viniera al estudio a compartir lo que sabe sobre los niños como mi hijo, que hablan español en casa y que están aprendiendo a leer en inglés en la escuela.
Bienvenida, Emily.
Hanford: Hola, Valeria.
Fernández: Empecemos preguntándote, ¿por qué decidiste traducir Sold a Story al español?
Hanford: Buena pregunta. Pensé que era importante que los hispanohablantes de Estados Unidos -especialmente padres y otros cuidadores- se enteraran. Mis reportajes de los últimos seis años sobre la forma en que los niños aprenden a leer, han abierto los ojos a mucha gente. Han planteado muchas dudas importantes sobre cómo se enseña a leer a los niños en la escuela.
Y como bien sabes, hay muchas familias inmigrantes que vienen a Estados Unidos y una de las cosas que buscan es una buena educación para sus hijos. Y que se les enseñe a leer es absolutamente esencial para una buena educación.
Creo que la mayoría de los padres asumen que cuando mandan a sus hijos a la escuela, se les enseñará a leer. Eso es lo que yo asumí cuando envié a mis hijos a la escuela. ¿Recuerdas a Corinne Adams, de nuestro primer episodio? Eso pensó ella también.
Adams: Adams: ¿Quién piensa en eso? Yo no sé cómo se le enseña a un niño a leer, así que di por sentado que los niños que yo había mandado a la escuela, volverían alfabetizados. Porque de eso se encarga la escuela, ¿no?
Pero Corinne se dio cuenta de lo que muchos padres acaban viendo: que sus hijos tienen dificultades para aprender a leer, y parte del problema es la forma en que se les enseña.
Fernández: Emily, en tu investigación descubriste que un 50 por ciento de los niños hispanos en el cuarto grado tienen un nivel de lectura por debajo del básico. ¿Por qué es tan importante que los niños aprendan a leer bien desde temprano para un desempeño académico exitoso y para sus futuras oportunidades laborales? ¿Qué nos dicen los estudios sobre eso?
Hanford: Bueno, la lectura es esencial, y no sólo para el éxito escolar. La lectura y la escritura son destrezas de vida fundamentales. Hay que saber leer las instrucciones de los medicamentos recetados, así como documentos y formularios importantes.
No siempre fue tan importante saber leer y escribir. Pero hoy vivimos en la economía del conocimiento. Mucho depende de la capacidad de comprender la información escrita. Hay más oportunidades para las personas que saben leer y escribir.
Y los estudios demuestran que los niños que no aprenden a leer antes de acabar tercero de primaria, es más probable que sigan siendo lectores con dificultades por el resto de sus vidas. También es probable que se rezaguen en otras áreas académicas. Tienen más probabilidades de abandonar la escuela secundaria, de acabar en el sistema de justicia penal y de vivir en la pobreza.
Las dificultades con la lectura y la escritura también pueden tener consecuencias sociales y emocionales. Los estudios demuestran que los niños que tienen problemas para aprender a leer son más propensos a sentirse tristes, solos, enfadados, ansiosos y deprimidos. Hay mucho en juego. Aunque nunca es demasiado tarde para aprender a leer, si no se dominan las destrezas básicas en una etapa temprana de la educación, resulta cada vez más difícil convertirse en un buen lector. Por eso es importante que los niños empiecen a leer con el pie derecho.
Fernández: ¿Por qué hay tantos niños latinos que tienen dificultad para leer?
Hanford: Bueno, una de las cosas que quiero señalar es que muchos niños tienen dificultades con la lectura en las escuelas estadounidenses, incluidos muchos niños que hablan inglés como lengua materna. Así que no se trata tan sólo de la diferencia entre el idioma que el niño habla en casa y el que se le enseña a leer en la escuela.
Sin embargo, hablar español en casa y aprender a leer en inglés en la escuela puede hacer que aprender a leer sea más difícil.
Porque la comprensión lingüística influye muchísimo. Cuantas más palabras conozcas en inglés y cuanto más entiendas cómo funciona el idioma, más fácil te resultará comprender lo que lees. Saber hablar un idioma realmente bien, ayuda a la hora de aprender a leerlo.
Pero no es suficiente saber hablar un idioma. Esta es una de las razones por las que muchos niños que hablan inglés como primera lengua también pasan apuros para aprender a leer.
Fernández: Sí, aprender a leer en inglés es bastante difícil. Me acuerdo cómo me confundía porque las letras en inglés muchas veces tienen distintos sonidos. En español casi nunca cambia. La gran mayoría de las letras corresponden con un sonido único.
Hanford: Exactamente. Es mucho más fácil aprender a descodificar el español.
El inglés es uno de los idiomas más difíciles de aprender. A un lector típico - que hable inglés - le lleva de dos a tres años dominar la lectura de ese idioma en un nivel básico.
En cambio, por lo general, la mayoría de los niños hispanohablantes tardan menos de un año en aprender a descodificar el español. Y como sabes, el español se escribe prácticamente como suena.
Gracias a eso, juntando las letras yo consigo pronunciar el español. Aunque mi pronunciación no es buena, puedo descifrar las palabras bastante bien.
Pero, - me estás escuchando a través de una intérprete - no hablo español, lo que significa que no sé leer en español. Puedo juntar las letras y pronunciar las palabras, pero no sé lo que la mayoría de ellas significan.
Saber leer implica no solo saber descodificar las palabras sino también comprender lo que significan. Ésas son las dos partes clave de la ecuación aquí: la descodificación, y la comprensión del lenguaje. Para ser un buen lector debes dominar ambas cosas.
Fernández: Y lo que tu investigación ha demostrado es que enseñar a los niños cómo pronunciar las palabras juntando las letras es algo sobre lo que muchas personas no han estado de acuerdo en Estados Unidos… por mucho tiempo.
Hanford: Sí, se ha discutido mucho sobre la fonética. La instrucción fonética consiste en enseñar a los niños cómo las letras de la página corresponden a los sonidos del lenguaje hablado y cómo, uniendo o juntando los sonidos asociados a las letras, se pueden pronunciar las palabras.
En la educación estadounidense existe una fuerte corriente contraria a la fonética, que se remonta al siglo XIX, cuando se crearon las primeras escuelas públicas en Estados Unidos. A algunas personas les preocupaba que la enseñanza de la fonética fuera aburrida y tediosa y que desanimara a los niños respecto a la lectura.
Sin embargo, en los últimos 50 años se han llevado a cabo investigaciones científicas que demuestran que las destrezas fonéticas son absolutamente fundamentales para convertirse en un buen lector. No se puede ser un buen lector —ni en inglés ni en español— sin comprender bien cómo se representan los sonidos de las palabras mediante las letras.
Y en las dos últimas décadas, las escuelas estadounidenses han incorporado algún componente de fonética. Los niños suelen tomar algunas clases de fonética en la escuela.
Pero a los lectores principiantes también se les solía enseñar que hay otras estrategias, bastante problemáticas, a las que pueden recurrir para descifrar las palabras. Se les enseñaba a hacer cosas como: mirar la primera letra de la palabra, mirar el dibujo del libro, pensar en una palabra que tuviera sentido…
Mi pódcast, Sold a Story, examina las raíces de esa idea incorrecta: la idea de que los lectores principiantes no deben juntar las letras para pronunciar las palabras escritas. Esa es una estrategia que pueden utilizar. Pero la idea es que los niños no tienen que aprender a juntar las letras para pronunciar las palabras escritas porque se les pueden enseñar todas estas otras estrategias, todas estas otras formas de averiguar lo que dicen las palabras.
Es un gran problema, porque los estudios demuestran que los niños deben aprender a pronunciar las palabras escritas para ser buenos lectores. Cuando, en vez de esto, se les enseña a utilizar otras estrategias, en realidad se les están enseñando las estrategias que utilizan los lectores con dificultades para salir adelante. O sea, una de las cosas que han demostrado los estudios sobre la lectura es que los buenos lectores saben pronunciar las palabras escritas. Esas otras estrategias, como mirar la primera letra y pensar en una palabra que tenga sentido, son en realidad malos hábitos que los lectores con dificultades utilizan para tratar de arreglárselas, no algo que los maestros deban fomentar en los niños.
Fernández: Entonces, les están enseñando estos mismos malos hábitos a los niños que están aprendiendo inglés como segundo idioma en las escuelas estadounidenses? ¿Cómo afectan estas estrategias a los estudiantes que aún están aprendiendo a hablar inglés?
Hanford: La respuesta a tu primera pregunta es: sí. Esas estrategias forman parte de la enseñanza en muchas escuelas estadounidenses desde hace mucho tiempo. A los niños que aprenden inglés también se les enseñan esas mismas estrategias.
Y, según me han contado algunos maestros, esas estrategias pueden resultar especialmente confusas para los niños cuya lengua materna no es el inglés.
Imagínate que tienes un niño de primer grado que habla español en casa. En la escuela, está aprendiendo a leer en inglés. Este niño de primer grado está leyendo un libro y llega a una palabra en inglés que nunca ha oído antes - digamos que es la palabra "rooster".
Fernández: En español se dice gallo.
Hanford: Pero el niño no sabe la palabra en inglés para "gallo". La maestra le dice —mira el dibujo. Y el niño podría decir - "chicken."
Fernández: Pollo.
Hanford: O tal vez el niño diga "bird".
Fernández: Pájaro.
Hanford: Esta es una oportunidad perfecta para una lección de vocabulario. Para que la maestra haga una pausa y ayude al niño a entender que la palabra en inglés para "gallo" es "rooster."
Pero para que esto sea una lección de LECTURA, la maestra tiene que decirle al niño que mire atentamente las letras de esa palabra —que se deletrea r-o-o-s-t-e-r — y que las junte para pronunciar "r/oo/s/t/er" - "rooster". Y decirle al niño lo que significa la palabra - un gallo es un pollo macho.
Hanford: Lo que estás haciendo cuando aprendes a leer —tanto en inglés como en español— es guardar en tu memoria las formas escritas de las palabras. No se trata de mirar las palabras y "memorizarlas". El proceso en tu cerebro es un poco diferente.
Lo que haces es vincular los sonidos de una palabra con su grafía y su significado. Cuando vinculas esas tres partes de una palabra —la ortografía, la pronunciación y el significado— en tu mente, consigues que esa palabra se fije en tu memoria.
Cuantas más palabras almacenes así en tu memoria, mejor lector serás. Porque ya no tienes que pensar en las letras y los sonidos para descifrar las palabras. Las reconoces muy rápidamente, de forma automática, ¡en un instante! Y esto te libera la mente para que puedas concentrarte en el significado más amplio de lo que estás leyendo. Y ese, naturalmente, es el objetivo: comprender lo que lees.
Fernández: ¿Y cómo hacen las escuelas con niños bilingües? Por ejemplo, en mi caso. Yo quiero que mi hijo vaya a una escuela de doble inmersión, donde les enseñan la mitad del día en inglés y la otra en español. ¿Se puede aprender a leer y escribir simultáneamente en dos idiomas?
Hanford: Sí. Por supuesto. No sólo es posible aprender en la lengua materna y en inglés, sino que es bueno que los niños aprendan más de una lengua.
En otros tiempos, muchos creían que fomentar o apoyar el bilingüismo en la escuela no era una buena idea. Que aprender dos lenguas podía ser confuso y que, de hecho, podía impedir el desarrollo cognitivo y lingüístico. Pero los estudios demuestran lo contrario. De hecho, la última información del campo de la neurociencia sugiere que el bilingüismo es positivo. Es bueno para el cerebro.
Otra cosa que han demostrado los estudios es que el lenguaje oral se adquiere de forma natural. Aprender a hablar es un proceso natural. El cerebro está programado para ello.
Pero la lectura es diferente. No nacemos con el cerebro programado para leer. Podemos llegar a leer muy bien, pero establecer las conexiones entre el lenguaje oral y el escrito suele requerir una instrucción explícita.
Algunas personas no necesitan mucha explicación. Aprenden a leer la lengua que saben hablar con bastante facilidad. Y en realidad no importa cómo se les enseñe a leer. Al parecer, un pequeño porcentaje de niños casi no necesita instrucción.
Pero algunos niños necesitan mucha instrucción explícita. Y esto no tiene que ver con la inteligencia. Esto es muy importante. Hay personas muy inteligentes a las que les cuesta aprender a leer. Pueden aprender a leer. Pero si no reciben una buena instrucción —y a veces mucha— no se volverán buenos lectores.
Fernández: Regresamos con Emily Hanford en un momento.
SEGMENTO B
Fernández: Pero, ¿es suficiente solo enseñarle a los niños a pronunciar las palabras juntando las letras? Me parece que los maestros se tienen que enfocar también en el significado de las palabras, especialmente con niños que todavía están aprendiendo a hablar en inglés.
Hanford: Por supuesto. No basta con enseñar fonética. Los niños tienen que entender el significado de las palabras. No van a ser capaces de retenerlas en su memoria a no ser que conozcan la pronunciación, la ortografía y el significado de las palabras.
Entonces, centrarse en el vocabulario es importante, y es especialmente importante para las personas que están aprendiendo inglés, como dices. Pero también lo es para los hablantes nativos de inglés. Ellos también necesitan desarrollar y ampliar su vocabulario.
Estuve en una clase de primer grado en California hace unos años, donde la maestra me dijo que todos los niños de su clase hablaban un idioma distinto del inglés en casa. Incluso algunos estaban aprendiendo inglés como tercera lengua.
Las clases de lectura se impartían en inglés. Los niños recibían clases explícitas de fonética durante parte del día. Se dividían en grupos pequeños y la profesora se enfocaba en patrones ortográficos específicos con cada grupo. Tras aprender un patrón ortográfico, los niños practicaban leyendo una historia que contenía palabras con los patrones ortográficos que acababan de aprender. Así que no necesitaban estrategias como mirar el dibujo o pensar en una palabra que encajara por su sentido, porque ya les habían enseñado a descifrar las palabras de las historias que intentaban leer.
Y en esta clase de California, no se dedicaba todo el tiempo de instrucción de lectura a la fonética. La maestra también leía mucho en voz alta. Y había mucha conversación entre los niños sobre lo que leía la maestra. Mucha, mucha conversación, en inglés, para ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades lingüísticas y su vocabulario.
Otra cosa que es muy importante destacar aquí es que tener un buen vocabulario en español puede ayudar al niño a la hora de aprender inglés. Porque, entre el inglés y el español, hay muchas palabras que son similares en ortografía y significado.
Por eso, una de las mejores cosas que puedes hacer como madre o padre, es hablar mucho con tus hijos y leerles mucho… en español. Los estudios demuestran que las destrezas lingüísticas orales y la alfabetización en una primera lengua pueden facilitar el desarrollo de la alfabetización en una segunda lengua. Es muy, muy bueno leerle a tu hijo en español.
Y una de las cosas que la maestra o maestro de tu hijo debería hacer es ayudarle a establecer conexiones entre el español y el inglés. Puede que ellos no hablen español. Pero aún así pueden animar a tu hijo a relacionar las palabras que está aprendiendo en inglés con las que ya conoce en español.
Fernández: Me da mucho gusto escucharte decir eso, Emily. Porque eso es exactamente lo que estoy haciendo con mi hijo. Tratar de ayudarlo a hacer esas conexiones entre las palabras en inglés y español que son parecidas. Pero uno a veces tiene dudas. No sabe si lo que está haciendo es para bien o para mal, o si se van a confundir.
Me quiero asegurar que mi hijo vaya a una buena escuela. Antes de oír el podcast, nunca se me había pasado por la cabeza preocuparme por la forma en que los maestros le enseñan a los niños a leer. ¿Qué preguntas tengo que hacer para saber cómo está enseñando a leer una escuela?
Hanford: Sí, gran pregunta. Puede resultar difícil averiguar cómo se enseña a leer en un colegio. Podrías pensar que todas las escuelas del país enseñan a leer de la misma manera. O que, al menos, todas las escuelas del mismo distrito enseñan a leer de la misma manera.
Pero en realidad hay mucha variación. Entonces, la forma en que se enseña a leer a tu hijo puede depender del profesor que tenga. ¿Qué sabe ese profesor sobre cómo aprenden a leer los niños? ¿Qué énfasis pone en la enseñanza en el aula?
Ahora bien, yo hice Sold a Story porque me di cuenta de que, aunque cada profesor y cada escuela usa un material y un plan de estudios distinto, el material que usan muchas escuelas recoge ideas sobre cómo aprenden a leer los niños que no son correctas.
Yo no creo que ninguna escuela esté enseñando a los niños con base en ideas inexactas deliberadamente. Nunca he conocido a una maestra o maestro que no quiera que sus alumnos aprendan a leer. Pero a muchos de ellos nunca se les enseñó gran parte de la investigación científica que se ha hecho sobre la lectura en los últimos 50 años. Simplemente la desconocen.
Ya sé que suena sorprendente.
Preparé un reportaje sobre por qué tantos profesores desconocen estos datos. Se llama Hard Words. Está traducido al español, y el enlace se encuentra en las notas del programa.
Creo que una de las cosas más importantes que hay que saber es que muchos profesores y escuelas se están informando ahora sobre la investigación científica. Y muchos de ellos están cambiando su forma de enseñar a leer a los niños, lo cual no es fácil. Es mucho lo que los profesores tienen que aprender. Y las escuelas y los sistemas escolares son burocracias complejas. El cambio es difícil… y el cambio lleva su tiempo.
Estas son algunas cosas que puedes observar.
¿Tu hijo llega a casa con listas largas de palabras que debe "memorizar"? Esa no es una buena señal. Los estudios demuestran que tratar de memorizar un montón de palabras no es el mejor camino para adquirir una buena capacidad lectora. Los niños deberían examinar las palabras y comprender que están formadas por diferentes fonemas representados por letras y combinaciones de letras. En inglés, esto resulta difícil porque, como dijimos antes, un mismo fonema puede estar representado por distintas letras y combinaciones de letras. Y muchas palabras en inglés tienen letras mudas que forman parte de la ortografía de la palabra, pero no representan un sonido.
Algo que puedes hacer es preguntarle a tu hijo: cuando estás leyendo en la escuela y llegas a una palabra que no conoces, ¿qué te aconseja el profesor que hagas? Si el niño está aprendiendo a mirar la imagen y la primera letra e intenta proponer una palabra que tenga sentido, eso indica que la enseñanza de la lectura no se ciñe a la investigación científica.
Otra cosa que vas a querer saber es cómo le va a tu hijo en lectura. Puede que recibas esta información del colegio. Si todo lo que recibes es algo así como " tiene un nivel B o D o H", tampoco es buena señal. Esas letras —que indican qué libro está leyendo un niño en el llamado "sistema de lectura por niveles"— se utilizan en los colegios desde hace mucho tiempo. Pero los estudios muestran que esas letras pueden ser engañosas. Y no proporcionan suficiente información sobre el desarrollo de un lector principiante. Tú quieres información más concreta sobre el progreso de tu hijo.
Entonces haz preguntas como: ¿Mi hijo es capaz de identificar y manipular cada uno de los sonidos de las palabras? ¿Qué puede decirme sobre su conocimiento de las letras y los sonidos correspondientes? ¿Qué evaluaciones utiliza? Por favor, muéstreme los datos de mi hijo.
Y también puedes preguntar: ¿qué materiales utilizan para enseñar vocabulario y reforzar los conocimientos de mi hijo?
Es muy importante que te asegures de que el colegio de tu hijo pone atención tanto a la descodificación como a la comprensión del lenguaje y a la adquisición de conocimientos.
Fernández: Me parece que esto puede ser súper difícil para papás y mamás que no hablan inglés. Cómo podemos exigir una buena educación para nuestros hijos, si sus maestros no hablan nuestro idioma?
Hanford: Creo que es un gran problema. Aunque debo decir, de nuevo, que hay muchos niños que hablan inglés como primera lengua que tienen dificultades para aprender a leer en la escuela. Y para sus padres —que hablan inglés— suele ser difícil defenderlos incluso sin tener una barrera lingüística. La comunicación sobre este tema es muy tensa y se debe a malentendidos sobre cómo aprenden a leer los niños y sobre cómo identificar a los que tienen dificultades y ofrecerles una ayuda eficaz.
Pero, desde luego, puede haber muchas más barreras para los padres que no hablan inglés o no se sienten tan seguros en este idioma como para hacer preguntas y obtener la información que necesitan.
Algo que todos deberían saber es que las escuelas de Estados Unidos están obligadas a facilitar información a los padres en un idioma que puedan entender. Eso incluye material escrito traducido o un intérprete. El Departamento de Educación de EE.UU. tiene una ficha informativa —en español y en inglés— que describe tus derechos y, si estás teniendo problemas para conseguir la traducción que necesitas, puedes imprimir esa ficha y llevarla a la escuela. Vamos a incluir un enlace en las notas del programa —a la versión en español y a la versión en inglés— para que puedas llevártela también.
Fernández: Después de escuchar todo el podcast me quedé pensando, si es que depende de nosotros los padres estar al pendiente de cada detalle del plan de estudios y método educativo que usan las escuelas con nuestros niños? ¿Qué pasa si no tenemos tiempo? ¿Hay que esperar a ver si hay señales de que no les está yendo bien con la lectura? ¿O tenemos que ir viendo eso de antemano?
Hanford: Creo que es muy buena idea establecer una relación con la maestra o maestro de tu hijo al principio del curso escolar. Entonces, no esperes hasta que surja un problema. Acércate y preséntate. Pregúntale qué puedes hacer para ayudar a tu hijo en casa.
Y si tienes alguna duda sobre la lectura de tu hijo, no esperes. Confía en tu instinto si crees que algo va mal. Muy a menudo, desafortunadamente, las escuelas tardan en alertar a las familias cuando un niño tiene un problema de lectura.
A veces se debe a que la escuela no está haciendo buenas evaluaciones ni recogiendo la información adecuada sobre los alumnos en los primeros grados. A veces se debe a que las escuelas dan por sentado que los niños se pondrán al corriente, que todo estará bien. A menudo eso es lo que le dirán a los padres que se ponen en contacto con ellos para expresar su preocupación.
Hay algunos datos de encuestas que muestran que la gran mayoría de los padres - unos 9 de cada 10 - creen que sus hijos están al nivel del grado en lectura. Pero como dije antes, muchos niños no lo están, incluida la mitad de los niños hispanos. Así que hay una brecha entre lo que creen los padres y la realidad.
Y estoy segura de que a mucha gente le choca oír eso. Una quiere poder confiar en las escuelas. Una quiere creer que están haciendo lo mejor para nuestros hijos. No debería ser trabajo de los padres conocer todos y cada uno de los detalles de un plan de estudios.
Pero es realmente importante detectar los problemas de lectura a tiempo. Y asegurarte de que tu hijo reciba una ayuda eficaz.
Si tu hijo o hija no consigue avanzar, una de las cosas que tienes que averiguar es por qué. ¿No está recibiendo una buena enseñanza? ¿O tiene un problema de aprendizaje como la dislexia? Y pueden ser ambas cosas: tu hijo puede tener dificultades porque tiene dislexia y también porque no se le está enseñando muy bien.
También es importante tener en cuenta que si tu hijo o hija tiene una discapacidad lectora, eso no significa que no sea inteligente. Hay personas muy, muy inteligentes que tienen dislexia. Esto no se trata de inteligencia. La dislexia es una diferencia en la forma en que tu cerebro procesa el lenguaje. Y si tienes dislexia, puedes aprender a leer y a deletrear. Pero vas a necesitar buena instrucción.
Fernández: Desde que salió Sold a Story en el 2022, ha recibido muchísima atención. El New York Times y otras publicaciones escribieron sobre la investigación del podcast. Ha ganado varios premios de periodismo. ¿Qué impacto ha tenido en cuanto a cambios en las escuelas y en crear consciencia entre los padres?
Hanford: Ha tenido una gran repercusión. Este pódcast ha conseguido llamar mucho la atención sobre cómo se enseña a leer a los niños. La ciudad de Nueva York — el mayor sistema escolar del país— ha ordenado a las escuelas que dejen de utilizar planes de estudios y materiales que contengan las estrategias ineficaces en las que nos centramos en Sold a Story. Muchos otros sistemas escolares también están cambiando a fondo. Y las legislaturas estatales se están implicando. Desde la publicación del podcast, al menos 15 estados han aprobado nuevas leyes relacionadas con la enseñanza de la lectura en las escuelas, y al menos otros ocho estados están tratando de prohibir las estrategias ineficaces de las que hemos estado hablando.
Ahora, eso no es garantía de que estas estrategias vayan a desaparecer. Están profundamente arraigadas en la educación. Muchos profesores llevan años enseñándolas. No es suficiente con aprobar una ley. Hay que invertir en el conocimiento y las habilidades de los profesores, ayudándoles a entender cómo aprenden a leer los niños y por qué las estrategias refutadas en las que nos centramos en Sold a Story no sirven. Los profesores necesitan una buena formación y buenos materiales para tener la oportunidad de aprender a enseñar de forma más efectiva.
Lo cual no es fácil. Como dije antes, la enseñanza es un trabajo duro. Es un reto enseñar a leer a una clase de 20 -o más- niños.
Y preguntaste acerca de la concienciación de los padres. Creo que este es uno de los elementos más importantes aquí. Por eso tradujimos Sold a Story al español, porque los padres tienen que estar al tanto de esto.
Y hay un grupo grande y creciente de padres que llevan años alertando sobre este problema. Los padres son quienes me ayudaron a comprender —hace años— el grave problema que supone que los niños no reciban una enseñanza eficaz de la lectura.
Muchos de los padres que conocí tenían dinero para hacer cosas como contratar tutores para sus hijos o pagar la matrícula de colegios privados especializados. Pero muchos padres no tienen el dinero necesario para hacer esas cosas.
Los padres deberían poder asumir que cuando envían a sus hijos a la escuela, se les enseñará a leer.
Si tu hijo tiene dificultades para aprender a leer, no está solo. Y tú tampoco.
Creo que eso es lo más importante. Si tu hijo tiene problemas, dilo. Habla de esto con tus amigos y vecinos. Comparte el podcast con ellos.
Fernández: ¿A dónde pueden ir los padres si necesitan más información sobre todo esto en español?
Hanford: Sí. He mencionado un par de veces que tendremos enlaces en las notas del programa. Así que sólo tienes que ir a la aplicación de pódcast donde estás escuchando esto y desplazarte hacia abajo para encontrar esos enlaces. Tendremos la información de la que hablé antes, sobre tus derechos a los servicios de traducción en las escuelas, y el artículo “Hard Words” que también mencioné. También tenemos una lista de lecturas para padres que está llena de enlaces a un montón de recursos que podrían serte útiles. Hay un enlace a un artículo que explica qué es la dislexia y cómo se pueden detectar sus signos a distintas edades. Y más información útil con cosas que puedes leer y cosas que puedes hacer para ayudar a tu hijo.
Fernández: Emily, muchísimas gracias por esta plática. Estoy segura que va a ser muy informativa no solamente para mí, sino para muchos otros papás y mamás. Gracias.
Hanford: Gracias por las preguntas tan buenas. Y por ser la host de la versión en español del programa. Aprendí mucho trabajando contigo y tu equipo en la traducción.
Fernández: Hablamos con Emily Hanford. Y yo soy Valeria Fernández.
Sold a Story es una producción de APM Reports. Este episodio fue editado por Curtis Gilbert, y traducido al español por John Ellis-Guardiola e Inger Díaz Barriga. Fue una producción de Shake it Easy. El equipo de Shake it Easy incluye a Nuria Net, Alex García Amat, Lupita Alvarez y Daniel Durán. Laura Gómez es la voz de Emily Hanford en español. El equipo de APM Reports incluye a Andy Kruse, Tom Scheck y Jane Helmke. Un agradecimiento especial a Claude Goldenberg y Magdalena Zavalia.
Nuestra música original fue creada por Wonderly.
El apoyo para este programa viene de the Achelis & Bodman Foundation, the Oak Foundation, the Tides Foundation y the Ibis Group.